¡Es imposible comenzar una jornada en buena forma si dormimos mal! Un buen sueño es la primera garantía de estar en forma, así que cuide sus noches con esmero porque de ello dependerá su desempeño durante el día.
El sueño es nuestra herramienta principal de recuperación. Un buen sueño es capaz de borrar cualquier fatiga, tanto física como nerviosa. En los casos más intensos el exceso de cansancio altera el sueño, incluso puede convertirse en una causa de mayor fatiga.
Aprenda a conocerse y a delimitar su ritmo ideal: la hora a la que debe acostarse para dormir serenamente, elija un colchón que se adapte a su anatomía.
Aparte de evitar a toda costa los estimulantes nocturnos como el café, el tabaco y el alcohol y también tomar como última opción la medicación nocturna por convertirse en dependientes del fármaco para conciliar el sueño, lo primero que recomendamos es que acuda a su médico. Ya que el mal sueño puede significar el síntoma de muchas enfermedades más delicadas que merecen nuestra atención.
Normalmente si ssentimos que nuestro sueño se ha vuelto muy ligero, es viable recurrir a las plantas de la abuela, cenar muy ligero y evitar a toda costa comer justo antes de dormir. Combinar distintos elementos bajo las condiciones adecuadas puede contribuir importantemente a crear bienestar en el organismo.
El té relajante antes de acostarse ayuda a conciliar el sueño más fácil y rápidamente, ya que al ingerirlo además de absorber los elementos de sus componentes, genera efectos en nuestro sistema nervioso de relajación.
Por ejemplo, prepare una pequeña reserva de manzanilla con melisa. Ponga un puñado de cada una en un litro de agua hirviendo, deje reposar un cuarto de hora y beba una taza antes de acostarse. La pasiflora también es muy eficaz al igual que la valeriana.